Por
la mañana al despertar Aro
estaba
sentado en un sillón acolchado que
había al lado de la cama,
me
di cuenta de que tenía en vez
de
su habitual peinado que era simplemente su pelo negro como el carbón
echado hacia atrás que de vez en
cuando un mechón se posaba en su cara blanca como el papel de
cebolla y
bueno a lo que iba pues que ahora tenia el flequillo hacia a tras
agarrado con una goma a la altura de la nuca (le quedaba muy bien).
-¿Cómo
estás?- preguntó con tono de que no prestaba interés en el tema.
Me
levanté de un salto de la cama y fui
corriendo
al baño y cuando me di cuenta al mirarme en el espejo me quedé
alucinada;
tenía la piel blanca y limpia,
no
tenía ni un rasguño, estaba más delgada de lo normal y para mi
sorpresa
tenía
la ropa con la que me desperté el primer día y ya habían pasado
tres día o eso creía...
Salí
a la habitación me acerqué a Aro y le dije:
-¿Dónde
hay ropa para cambiarme?
-¿Porqué
no te gusta esa?No vas
a
ningún lugar.- No cayó en la cuenta de
que yo quería bajar al salón y ver quienes
estaban allí.
-Aro,
quiero bajar. Estar en esta habitación me está matando, no aguanto
más tengo que salir de aquí.
-¿Pensé
que a ti te gustaría volver al pueblo donde naciste?¿Cómo es que
has cambiado de idea tan rápido.- El pobre entendió que no me gusta
el pueblo donde nos estábamos y que yo me quería ir.
-¡No,
no, no! Aro me encanta este lugar y gracias por traerme aquí; pero
yo no
me
refería a eso yo me refería a que quiero salir de esta habitación
y andar un poco por la casa para recordarla ya que a pasado
un tiempo.
La
verdad es que quería ver mi casa definitiva
y de la cual no me movería jamás.
-Espera,
voy a traerte una vestimenta.- Dijo saliendo de la habitación.
-Vale.
Por
fin iba a salir de allí; Aro llego
con
mis ropas en los brazos, la recogí y me fui al baño, me duché, me
cepille mi larga melena rubia que al encontrarse con el agua se
volvía marrón oscuro.
Me
puse unos pantalones cortos vaqueros con una camiseta de cuadros
estilo leñador color rojo, azul y blanco mas una coleta alta y unas
converse blancas y rojas.