Pasada la fiesta cuando la gente comenzaba a marcharse, yo, cansada me
fui a mi habitación; los chicos, mientras me buscaban pro la casa y el jardín,
pero nada, no daban conmigo asta que Masato entra en mi habitación y me encuentra mirando por la ventana de manera que mitad de mi cuerpo estaba fuera y la otra mitad dentro de la casa.
-Valeria! Cuidado! -rápido se acerca a mi y me toma por la cintura alejandome de la ventana- Pero que pensabas hacer? -agitado-.
-Yo? Nada, tranquilo no me iba a suicidar -al decir esa palabra se estremeció y me abrazó-.
-No te vuelvas a asomar por esa o cualquier otra ventana que este orientada al abismo de esa manera jamas! , ¿me lo prometes? -sujeta con delicadeza y dulzura mi rostro entre sus suaves manos algo mas frias de lo normal y me mira directamente a los ojos-.
-Te lo prometo... Pero por qué? Si caigo al abismo como soy la heredera legítima de la casa no me pasaría nada, solo reaparecería en el gran árbol grande del jardín azul, lo e probado cuando era pequeña con otra persona a la cual no logro recordar con nitidez...
-Aro aún no te lo ha contado? -Masato me mira extrañado-.
-Contarme el qué? - No entendí a que se refería-.
-Ven, vamos a bajo, ya es hora de que sepas toda la verdad sobre tu familia... -toma mi mano delicadamente y camina en dirección a la sala morada, donde nos reunimos todo para hablar de algún tema importante-.
Otra vez me di cuenta de que la temperatura de Masato iba disminuyendo cada vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario